Olokun
OLOKUN
Yemayá era la esposa de Ogún, el temible guerrero que se las pasaba en constantes conflictos bélicos y sangrientas luchas.
La desdichada mujer, que no hacía otra cosa que llorar, tomó un día la fuerte decisión de acabar con las guerras. Fue a ver a Olokun y le suplicó enviara un castigo tan terrible que a nadie le quedaran deseos de continuar las luchas.
La desdichada mujer, que no hacía otra cosa que llorar, tomó un día la fuerte decisión de acabar con las guerras. Fue a ver a Olokun y le suplicó enviara un castigo tan terrible que a nadie le quedaran deseos de continuar las luchas.
Olokun revolvió el fondo de los océanos y los mares comenzaron a botarse, los hombres morían por miles y las aguas destruían ciudades enteras.
Yemayá, arrepentida del mal que estaba causando, le suplicó a Olokun que cesara todo aquello, pero el orisha, enfurecido, no atinaba a poner freno a tan absurda situación.
Entonces la diosa le pidió a Obatalá que lo calmara. Este no logró que Olokun lo oyera y ordenó que lo ataran con cadenas en el fondo del mar para que todo volviera a la normalidad.