Abita - YORUBA

Agradecimiento a Stephany de Nazareth
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Abita

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ABITA

Según nuestra tradición afrocubana, Abita es un “Orisha” que reciben y  fundamentan los Babalawos, que siguen o tienen acceso a la tradición de  Miguel Febles Padrón Oddi Ika, figura famosa y controversial, hijo de  Changó. Abita, dicen algunos, es una parte Ozaín, otra parte Changó y  otra parte Demonio (Alosí). De hecho, cuando estaba haciendo unos  estudios de esta deidad, con mi abure Leonel Gámez Osheniwo (Ibae),  pudimos ver muchas similitudes con Echu Ebita, que fuera el Echu que  acompañó a Iyami Osoronga del cielo a la tierra.

Según la tradición afrocubana, Abita en general, es una combinación de  tres muñecos y su cazuela: Abita, Ara Unla y Tenta Orun. De esta forma,  Abita es la manifestación de lo malévolo con un vasto poder.  Representando así los conocimientos para salvar de la maldad, por medio  de la maldad y aniquilando con ella, de una forma drástica y fulminante.  El típico “Fuego se combate con fuego”.

Claro que esto, a muchos “Espirituales del Iwa Pele y el Suuru”, por su  formación en Seminarios y Curias y no en la vida real, les parecerá un  poco aberrante, pero para nosotros los afrocubanos, que tuvimos  ancestros que fueron sometidos a los tratos más crueles e inhumanos,  gracias al “Iwa Pele y el Suuru” de los que los mandaron a la  esclavitud, aun siendo “hermanos en Oduduwa”, aprendimos claramente que  esto no es asunto de poner la otra mejilla, sino que para nosotros, el  Odu de Ifá Ofun Meyi, nos enseña que la defensa es permitida, ya que en  este Odu nacen las defensas ante los ataques. Hablando de  Espiritualidad, el Odu de Ifá, Otura Oyekun, es donde nace la  espiritualidad de Abita y que nos dice que Abita tiene un espíritu  director.  

Es más, los Afrocubanos aseguramos que Abita es Hijo de Alosi, una  entidad maléfica y que Abita siempre está acompañado de Ogueday,  Iyabafún y Osawani. Al describirlo, se hace como una “Especie de Ozaín”,  con un gran poder maléfico, el cual es utilizado para causar daño,  haciéndose una analogía de este, con la figura del diablo bíblico.

Pero en realidad, Abita, tiene una larga historia de contradicciones y  especulaciones, que parece no tener final. La “Teología”, con respecto a  quién o qué es, parece no tener final. Hablando de manera que se  orienta un tanto más a la práctica, parece ser que nuestros mayores  prefirieron ver a Abita, como una especie de Ozaín que Miguel Febles  Padrón desarrolló de un “Camino” o Patakí de su Odu Oddi Ika, o más  bien, varios. Según ellos, es un Ozaín agresivo y orientado al ataque  basado en la HECHICERÍA. Tal como explican algunos Babalawos viejos, el  Odu Oddi Ika, de donde surge Abita, es donde nace el “Vampiro”, un ser  que se alimenta succionando la sangre de otros seres. Veamos el Patakí  que asocia sus alas de murciélago y otras cosas:

Abita era esposo de Tenta Orun y tuvieron un hijo que se llamaba Adan  (Murciélago) a quién le enseñaron todos sus secretos, pero Adan  (Murciélago) no estaba conforme con el sistema que sus padres tenían  establecido en la tierra Obaye Beye.

El gobierno de allí era muy fuerte y sólo se vivía la parte de Ofo  Leisabu (pérdidas de todo). Adan (Murciélago), que ya era mayor, estaba  por el día siempre escondido en su casa oyéndolo todo y en cuanto sus  padres salían, después de la oración, él sistemáticamente se ponía a  llamar a Orun y le cantaba.  

Entonces venía el viento y Adan (Murciélago) salía junto con el viento  escondido de sus padres y observaba todas las riñas que ellos formaban  en la tierra Obaye Beye; por la madrugada, antes de que saliera el sol,  él volvía y se escondía.

Abita y Tenta Orun se ponían muy molestos con Adan (Murciélago) porque  nunca salía, según creían ellos. Un día, Adan (Murciélago) les pidió  permiso a sus padres para salir durante el día y ellos se lo dieron.

Cuando Adan (Murciélago) salió, se tropezó y se hirió. Adan (Murciélago)  le dijo a sus padres: Miren lo que me ha pasado, no salgo más nunca.  Oduduwa que venía con Echu ese día a visitar a Abita y a Tenta Orun, le  preguntaron a estos por sus hijos y ellos le contestaron: Ahí está.  Entonces Oduduwa les dijo: Bueno, Echu y yo lo tenemos que bautizar y la  que le va a servir de madrina es su propia madre Tenta Orun.

Abita se puso muy contento con Oduduwa y con Echu por lo que le habían  dicho y les dijo: Cuando ustedes quieran. Oduduwa y Echu estuvieron  siete días en la casa de Abita y Tenta Orun y cuando Abita salía, quien  lo atendía era Tenta Orun.

Oportunidad que aprovechaba Oduduwa para decirle a ésta que ella tenía  que darle un secreto que ella tenía a su hijo Adan (Murciélago) para  cuando él saliera no tropezara con ningún enemigo, tú debes dárselo  porque tú eres su madre. Y Tenta Orun oía y pensaba sobre esas palabras,  hasta que por fin la convencieron.  

Un día cogieron a Adan (Murciélago), después que Abita había salido,  después de la oración, y lo llevaron al monte cerca de Odi Ka y allí lo  bautizaron, le echaron agua y lo consagraron, al momento vino el viento y  Adán salió volando.

Cuando Abita lo vio se asustó y cogió miedo y corrió para su casa; en  esto llegaron Oduduwa, Echu y Tenta Orun. Abita le contó cómo estaba  Adán y la fuerza que tenía, tanto como la del viento, pero Oduduwa y  Echu le dijeron: Todavía le falta otro secreto y tienes que dárselo.  Cuando Adán regresó, Abita, delante de todos sacó sangre de un animal y  se lo echa en los ojos a Adán y le dijo: Con esto que te estoy echando  en los ojos, dominarás a todos los enemigos y vivirás siempre mirando  hacia adelante y no chocarás con nadie; tendrás esa virtud que nadie en  el mundo tendrá, pero nunca te podrás separar de Echu y de Oduduwa, por  que ellos también te darán secretos.

Oduduwa sacó una pluma que tenía y se la puso a adán para que pudiera  guiarse y no tuviera tropiezos de ninguna clase y le dijo: Vendrás por  las noches y nadie te verá ni conocerá tus virtudes. Echu será tu guía,  agregó.

Y así triunfó Adán y fue respetado por Abita y Tenta Orun que nunca se  separaron de él.

Es bastante obvio de donde sale la icnografía de vampiro de Abita,  pero también es claro que, por estas características y comparaciones,  los más acérrimos detractores de Miguel Febles Padrón, consideran a  Abita como una mera invención, pero sus defensores definen a Abita como  una “Creación” basados, precisa y justificadamente, en la lógica del Odu  Oddi Ika (Ojo, no solo este Patakí). Los detractores, contraatacan  señalando que el Demonio y los Vampiros son íconos de la teología  occidental y los defensores hacen contraofensiva diciendo que el “fuego  abrasador” y la “hechicería” de Abita, dentro de la lógica afrocubana,  se fusionan con un Echu muy peligroso, llamado Alosí, popularmente  asociado con el Diablo. Sin embargo, es claro que un Echu, solo nos  puede dar como mínimo, otro Echu y no un Ozaín, con una parte de Changó.  Pero tenemos dos pistas: Es hijo del “Diablo” y trabaja por medio de  Hechicería. Una tercera pista, es su asociación vampírica. Sigamos  analizando.

En una de las por lo menos tres representaciones figurativas de Abita en  la Habana, este muñeco es de hecho una mezcla anatómica de un feroz  Murciélago y un hombre con un poderoso pecho y un pene prodigioso. Las  otras dos versiones de Abita son variaciones del tema de un demonio, con  figura antropomórfica que usa barba y alas de Murciélago y la otra  tiene forma de vampiro tipo “Drácula”, lo cual, es una de las  principales críticas de los detractores de Miguel Febles.

Sin embargo, esta asociación de los vampiros, como “íconos de la  teología occidental”, no es del todo justa y además, está alejada de la  verdad. De hecho, Omar Tyree, Donna Hilly y Monica Jackson en su libro  Dark Thirst, nos dicen que en el África pre-colonial, entre los yorubas  polígamos de Nigeria, las historias de vampiros toman como tema a  esposas BRUJAS. Estas mujeres, son descritas como celosas brujas que  secretamente CHUPAN LA SANGRE de sus esposos y de los hijos de las otras  esposas. Según ellos, el folklore local, incluso dice que las mujeres  pueden convertirse en brujas chupadoras de sangre contra su voluntad, si  son engañadas y las hacen comer carne humana o beber sangre humana.  Obviamente, aquí nos están hablando de aquellas mujeres que son miembros  del culto a Iyami Osoronga, lo que nos da una nueva pista, de la  asociación de vampiros, con las “Brujas”. Por otra parte, Bob Curran e  Ian Daniels, en su libro Vampires: a field guide to the creatures that  stalk the night", nos dicen que, en Nigeria, el tipo principal de  vampiro, es el Obeyifo (también Obayifo), que es una persona viva, que  habita en la comunidad local y que usa sus poderes de “vampiro”, contra  sus vecinos.

Pero esto no es todo. En varias regiones de África, también cuentan  historias folklóricas de seres con habilidades vampíricas: en África  occidental, los Ashanti, por ejemplo, hablan del “Asanbosam”, quien  tiene dientes de hierro y que habita en los árboles (Bunson, Vampire  Encyclopedia, página11). Según el libro, Bram Stoker's Dracula: Sucking  Through the Century, 1897-1997. Dundurn Press Ltd., en la página 354,  Carol Margaret Davison y Paul Simpson-Housley, también nos hablan del  ser llamado Obayifo y que esta criatura mitológica, es parecida a un  vampiro. Es conocido como “Asiman”, por el pueblo del Dahomey y  adicionalmente, Obayifo también se considera una ESPECIE DE BRUJA, lo  cual nos parece entonces más curioso y da la consolidación de otra pista  de lo que mi abure y yo, sospechábamos.

Como puedes ver, tratar a los vampiros como “íconos de la teología  occidental”, está bastante fuera de la realidad, ya que esto,  básicamente, se ve en muchísimas culturas, incluyendo, culturas tan  antiguas como Mesopotamia, la Antigua Grecia, la India antigua, muchas  tradiciones judías y en culturas tan distantes como pueden ser Europa,  Asia, América y África. Claro que las más famosas son aquellas  popularizadas por las películas y que ven como escenario la Europa  medieval y temprana, especialmente Hungría, Rumania y Albania, pero que  también podíamos encontrar en Grecia, Islandia, Irlanda, Escocia y la  Europa eslava. Quizás esto, fue lo que dio el mito de que el vampiro, es  un “ícono de la teología occidental”.  

Para poder abundar más allá, según la tradición nigeriana, se cree que  las Iyami Ajé se reúnen en asamblea en una mesa presidida por Echu  Ebita, que allí se conspira y especula sobre las maldades a realizar  enviando a los Ajógun Buburú (La Muerte, La Enfermedad, La Tragedia, Las  Pérdidas, etc.). De hecho, en algunas historias es caracterizado en un  lugar tal como el infierno.

Visto de esta forma, Abita tiene más relación iconográfica con Echu  Ebita, que con Changó o un Ozaín, ya que podemos ver hechos  comparativos, que nos dejan sin mucho margen de duda. Primero, en  tradición afrocubana, a Abita se le considera hijo del “Diablo” y  Oduduwa le dice al murciélago: “Nunca te separarás de ECHU”.  Adicionalmente, es “fuego abrasador” y “hechicería”. Es más, el hecho de  tallar su representación en un muñeco con un gran pene, nos da la idea  de un Echu, quien en todo caso es una deidad fálica, tanto en Cuba como  en África. En otras palabras, podemos verle cuatro características  iconográficas principales: Demonio (Fuego), Hechicería, Vampirismo y  Echu.

Por su parte en la liturgia Yoruba, podemos ver al Obafiye, una especie  de Bruja vampírica, las propias brujas son vampíricas, y según la  Iconografía “Tradicional”, Echu Ebita vive en un lugar similar al  infierno y es descrito como uno de los Orishas más enigmáticos e  importantes del panteón Yoruba, el cual es tratado como bufón,  irritable, seductor, engañoso, sugestivo, tahúr y astuto, por lo que nos  deja ver exactamente las mismas cuatro características iconográficas  que vemos en Abita: Demonio (Fuego), Hechicería, Vampirismo y obviamente  es Echu.

Como puedes ver, la tan criticada iconografía, es precisamente la  iconografía que nos dice que, por lo menos, por medio de esta ciencia,  Abita, no puede ser otro que el mismo Echu Ebita. Iconográficamente  hablando, las similitudes van más allá de lo que pudiéramos asociar a  meras casualidades. De hecho, pudo ser que Miguel Febles conservó  secretamente de quien podía tratarse y solo lo llamó Abita, para no dar  más detalles y siendo hijo de Changó, pudo haber desviado más la  atención, al asociarlo con este y con Ozaín o alguien más lo asoció por  esta causa.

Tratado de Abita

El tratado de Abita donde come con Olofín es bastante conocido entre quienes veneran a esta deidad.
El relato cuenta que, en la tierra, Abita vivía, haciéndose pasar por un gran personaje. Debido a esto, todo el mundo mostraba inmenso aprecio y respeto hacia la entidad, quien además se ganó su consideración al dirigirse cada día a donde Olofín se encontraba, en la otra cabecera.
Siendo Elegba el cocinero de Olofín, y a quien correspondía colocar la mesa, con frecuencia hacía notar su disgusto hacia Abita, sirviendo la comida de mala manera y con prisa. Así, Olofín lo observaban diciéndole “Kuele Kuele”. En cada ocasión le preguntaba a la entidad por qué dejaba que Abita se sentara de frente a él sobre la mesa.
Fue entonces cuando Elegba comenzó a pensar en tomar alguna maldad en contra de Abita, al ver como Olofín siempre lo requería. Un día, mientras salía a la calle a las doce del día, se encontró con una abalakana.
La tomó, encendió una llama en ella y llamó a Abita, cantando y llamando a Eggun. Se dedicó a realizar la misma ceremonia repetidas veces, pero Abita se escondía y evitaba salir a la calle en esos momentos.
Un día Elegba tomó en sus manos un eñi adie, que comenzó a tocar con el agogo. Abita seguía sin salir, asustado de la entidad. Al comenzar a ver la sombra, salió a la calle a pesar de escuchar a Elegba cantando “Eggun Agualodeo Bayekun Orun Abaniye Logua Eggun Abita Mogua Nile Ocuoro”.
Los Eggun confundieron a Abita, quien en seguida tomó abalakana ina y la eyele dun dun y empezó a danzar hasta que finalmente la ingirió.
Elegba, que vio a los Eggun y a Abita asustados, tiró agua para limpiarse con la osiadie que sostenía. Al mismo tiempo comenzó a cantar “Eggun Baleku Lode Eggun, Bolo Un Lode Un Lolenlo Ayebi Lorun Awa Lole Awa Lole Abiyeru Kun Olorun Eggun Abeye Ni Ku Oorun Agua Lode”.
Al retirarse los Eggun y calmarse Abita, Elegba volvió al Ile de Olofín. La entidad le confesó que había presenciado todo, pero que pensaba perdonarlo porque él también se había asustado.
De esta manera Olofín le dijo que sabía que deseaba saber por qué colocaba a Abita en la cabecera de su mesa, pero que no iba a contestarle.
Abita continuó comiendo en compañía de Olofín, mientras Elegba le servía contento en apariencia, a pesar de que no era así.
Por ello Abita regresaba en distintas formas, a manera que Elegba no lo reconociera. Aún así no tenía pruebas para acusar a quien deseaba hacerle el mal.
En una ocasión Elegba olvidó hacer la ceremonia, y cuando se encontró con Abita en su lugar usual, no soportó ni un segundo más. De inmediato le dijo a Olofín que necesitaba que le dijera la verdad, el por qué dejaba que el invitado se sentara frente a él.
Olofín le contestó “Este ser que ves frente a ti representa todo lo malo del mundo. Para que exista el mundo, debe existir tanto lo bueno como lo malo.
Tú has cometido una falta frente a Abita, así que a partir de ahora tendrás que tomarla.
Quisiste desconcertar a Abita con Eggun. Por lo tanto, harás tu voluntad. Confecciona a quienes vivan en la tierra según lo bueno y lo malo, compartiendo con Abita.
Ahora seré yo quien te sirva la comida, de forma que tú harás mi voluntad. Sin poderlo evitar te ha dado mi secreto.”
Encendiendo una itana terminó de decretar “Esta itana es la vida de todos mis hijos en la tierra.
Durante el tiempo que dure esta itana durará la vida de mis hijos.”

Obras

En Brasil, Abita es conocida más como la entidad maléfica llamada Ossaín. Debido a esto, es frecuente que se asocie con peticiones u obras que busquen causar daño.
No obstante, muchas veces quienes invocan su ayuda son aquellos que han sido dañados en el pasado y que desean devolver el mal que les fue enviado.
En más de una ocasión su culto principal (la santería) lo relaciona con el Diablo mencionado en la Biblia. Si bien se ha creado una similitud entre su sed de venganza y énfasis en causar daño, la verdad es que, al contrario del Diablo católico, esta entidad atiende las peticiones de aquellos que fueron heridos en el pasado.
Un gran ejemplo de su obra en que se pueden identificar sus principales características es un pataki particular. Este señala el origen de esta entidad llamada Abita.
El pataki de Abita cuenta como Shangó tuvo un hijo en esta tierra. Dicho hijo fue maltratado por la maldad que lo rodeaba en donde habitaba, sin conseguir la paz y llorando todo el tiempo.
Un día, estando cubierto en lágrimas, hambriento, desnudo y golpeado, llamó a Olofín en la orilla de un río cercano. Como consecuencia, las lágrimas que cubrían su cuerpo se volvieron espinas de inmediato.
Con el cuerpo lleno de espinas, logró esconderse en las cercanías del río. Así consiguió protegerse de sus enemigos, quienes no podían hacerle más daño, y sobrevivir. Debido a su apariencia, cuando alguien lo amenazaba, él comenzaba hincharse, haciéndoles huir con temor, y manteniéndolos alejados.
Mientras más lágrimas lloraba, más se llenaba su cuerpo de espinas. Cuando Shangó finalmente apareció para revisar el estado de su hijo, se conmovió del sufrimiento por el que estaba pasando.
Así fue como dio un grito inmenso, dio una vuelta de carnero y se volvió Abita. En ese momento, dijo en tono alto y firme: “Yo soy Abita. Yo soy Shangó. Y yo soy Orunmila. Te voy a dar el poder para conseguir vencer a tus enemigos. Te voy a dar el poder para que se alivien tus penas y tus dolores”.
Con estas palabras tomó a su hijo de la mano y lo condujo al árbol más cercano, llevándolo con los hombres que lo atacaban y temían. De esta forma le rezó una oración, dándole su gran poder.
Junto con su bendición le entregó un anillo de oro que tenía una piedra negra y dijo estas palabras: “Siempre que me necesites, acércate al pie del árbol con este anillo. Grita lo que te he enseñado. De inmediato vendré a ayudarte. De inmediato vendré a defenderte”.

¿Cómo Pedirle?

Así como otros santos de la religión yoruba, Abita es un ente venerado y adorado a partes iguales con sus santos comparativos, como Esú.
Como ya se explicó, se personifica con una imagen bastante similar al Diablo de la religión católica, a pesar de que este no tenga equivalente directo dentro de la religión yoruba.
Para pedirle a Abita será necesario que se presenten collares, rezos y cantos que sirvan para solicitar sus servicios.
Estas ofrendas siempre van orientadas a una venganza hacia alguien en particular o un tipo de maldad específica, en donde diversos individuos se hayan comportado cruelmente con su usuario.

Ceremonias y Caminos de Abita

Las ceremonias y caminos de Abita se componen de ofrendas, las cuales deben mantenerse en el altar durante tres días.
Cuando concluya este plazo deben dejarse en el monte por otros tres días. Y finalmente, cuando empiece su descomposición, será necesario que se retiren del lugar y se boten, de manera que no sean ingeridas.
Los alimentos que deben colocarse en las ceremonias de Abita incluyen ñame, mazorca de maíz cocida llena de manteca de corojo, caramelos, pesaditos fritos y otros dulces.
Además de los alimentos, las ofrendan también pueden contener cigarrillos, habanos y tabacos. Estos deben encenderse, dársele una sola bocanada y ponerlos en un pequeño plato para que el santo lo disfrute por su cuenta
Antes de colocar las ofrendas tendrá que escoger un árbol frondoso. La ceremonia para Abita se deberá establecer a los pies de este árbol y continuar en los alrededores.
Abita es un ente violento y vengativo. Ha sido relacionado incluso con el mismísimo Diablo católico debido a su carácter vengativo y fácil de provocar. Así que si deseas obtener su favor ¡vuelve a leer este artículo que te enseña todo sobre él!
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