Orí
ORÍ
Orí tenía un negocio de vender
obí en la plaza, pero como estaba sola, no se podía valer bien. Un día
pasó Shangó por allí a comprar unos cocos, Orí le contó su situación y
le pidió que la ayudara, pero Shangó le dio evasivas y se fue.
Días después, pasó Orula por allí y Orí le pidió ayuda. El adivino le dijo que tenía que hacer una ceremonia de rogación con dieciséis viandas, dieciséis cocos y dieciséis pesos durante dieciséis días. Orí así lo hizo y mientras pasaban los dieciséis días le fueron saliendo el tronco y las extremidades, de manera tal que, al transcurrir el plazo señalado por Orula, ya el cuerpo estaba completo.
Por eso Orí dispuso que Orula fuera su padre.
Días después, pasó Orula por allí y Orí le pidió ayuda. El adivino le dijo que tenía que hacer una ceremonia de rogación con dieciséis viandas, dieciséis cocos y dieciséis pesos durante dieciséis días. Orí así lo hizo y mientras pasaban los dieciséis días le fueron saliendo el tronco y las extremidades, de manera tal que, al transcurrir el plazo señalado por Orula, ya el cuerpo estaba completo.
Por eso Orí dispuso que Orula fuera su padre.